Sentirte a mi lado es más que un deseo, más que una idea, más que una necesidad. Mi objetivo es hacerte sonreír, llorar, sentir.

martes, 17 de julio de 2012

Días, muchos.


Hay días en los que me siento como una puta mierda, y no, no por que tu me hagas sentir así, si no por que yo misma me siento así, una completa mierda. En esos días lo único que quiero es que se acaben de una jodida vez, que pase ya el puto día este. O llegar a casa, conectarme y saber que vas a estar ahí para preocuparte por lo que me pase. Pero.. ¡no! Por que eres una de las pocas personas que notan cuando yo estoy rara. Hay otros días en los que estoy feliz, alegre, a gusto conmigo misma y con mi vida. Esos días deseo que nunca pasen, que se estanque el tiempo y que siempre sea ese día. Pero claro, cuando llego a casa me conecto y me empiezo a atormentar la cabeza, a pensar, y a recapacitar, entonces... ¿Sabes lo qué pasa? Que me derrumbo. Empiezo desde el principio, echa una mierda y llorando. Por que para un día que me encuentro realmente bien, siempre tiene que llegar el o la gilipollas que lo joda, como casi siempre me pasa. Y luego, para finalizar, tengo esos días raros en los que estoy lo más bipolar que puedo. Puedo mandarte a la mierda y después decirte que era broma, que si, que yo te quiero. Puedo llorar y a los dos segundos saltar de alegría. O incluso puedo estar lo más feliz del mundo para luego leer o saber cualquier cosa y derrumbarme totalmente. Hay momentos en los que no puedo conmigo misma, me canso de sonreír todo el puto día por tonterías que no tienen sentido alguno, me canso de ser fuerte, de pegarme una sonrisa a la cara tipo: ¡Hey, estoy de puta madre! Pero no. Luego hay otros días que me la suda completamente todo, que ya me pueden decir de puta para arriba.. ¿y qué? Si la vida son dos puñeteros días no pienso amargarme uno de ellos por comentarios que no tienen sentido alguno. Días en los que me como el mundo. Días que el mundo me come a mi. Días en los que no veo sentido a mi existencia. Días que mi deseo que mi existencia este por siempre. Días reflexivos, de esos tranquilos. Días animados, de esos que solo te apetece saltar. Días completamente grises. Días con colores del arco-iris. Días únicos, inigualables. Días asquerosos, repugnantes. ¿Sabes lo único que espero de ti? Que algún día llegues a conocerme tantísimo para saber diferenciarlos todos y cada uno de esos días.

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