Te extraño, veintinueve.

Hoy hace un año empecé a salir con el chico perfecto. El chico perfecto para mí. Y no por otra cosa que porque me quería por mi, no por mi físico ni por interés ni nada de eso. No, me quería de verdad. Me quería por cómo era, me apreciaba, me hacía quererme a mi misma. Y fueron 4 meses estupendos a su lado. Ya ha pasado un año. Debería haberle olvidado, pero no lo he hecho. Al contrario, estoy más enamorada. Dicen que el primer amor no se olvida. Es posible. Puede que sea cierto. Pero él fue el primero en demostrarme lo que era querer a alguien. Y soporté mucho, por él. Soporté insultos de sus 'mojabragas' y soporté las gilipolleces de los de mi instituto. Nunca antes se habían fijado en mi, de hecho, nunca suelen fijarse en mi. Pero él lo hizo. Preguntó por quién era yo a un amigo que teníamos en común, le preguntaba por mi, y cuando me habló, me dijo ''ahora me gustas más aún'' Y en un principio no sé lo que quería decir. Ahora claro que lo sé. Y era sincero. Sabía perfectamente que nuestra relación era dificil. Aún así, no me dejó que me rindiera. Y las veces que dijo te quiero, fueron veces sinceras. ¿Cómo lo sé? Porque lo decía muy poco. Y de hecho, solo me dijo te amo una vez. Y esa noche ninguno de los dos dormimos, hablamos, reimos, nos besamos. Sé que en el fondo me hago daño recordando todo lo vivido a su lado, pero no puedo evitarlo. ¿Sabéis? Su sonrisa me parece la sonrisa más bonita y graciosa que existe. Sus ojos son de un color chocolate único. Esas pecas, esa voz, sus labios, su cara, su pelo, todo.
Como decía al principio, era mi chico perfecto, pienso que lo sigue siendo. Tiene todo aquello que yo buscaba en una persona, y ese modo de hacerme sonreír... Esa facilidad.
Bueno, él debió de dejarme de amar y se fue con otra. Una de sus 'mojabragas' diría yo. Pero bueno, no pude evitarlo. Lo entendí, entendí su decisión, pero duele. Y siempre me va a doler. Le he dicho te quiero de tantas maneras que solo me queda decírselo con el olvido.

Ride.

“I was in the winter of my life — and the men I met along the road were my only summer. At night I fell asleep with visions of myself dancing and laughing and crying with them. Three years down the line of being on an endless world tour and my memories of them were the only things that sustained me, and my only real happy times. I was a singer, not a very popular one, who once had dreams of becoming a beautiful poet — but upon an unfortunate series of events, saw those dreams dashed and divided like a million stars in the night sky that I wished on over and over again — sparkling and broken. But I didn’t really mind because I knew that it takes getting everything you ever wanted and then losing it to know what true freedom is.
When the people I used to know found out what I had been doing, how I had been living — they asked me why. But there’s no use in talking to people who have a home, they have no idea what it’s like to seek safety in other people, for home to be wherever you lie your head.
I was always an unusual girl, my mother told me I had a chameleon soul. No moral compass pointing due north, no fixed personality. Just an inner indecisiveness that was as wide and as wavering as the ocean. And if I said that I didn’t plan for it to turn out this way, I’d be lying — because I was born to be the other woman. I belonged to no one — who belonged to everyone, who had nothing — who wanted everything with a fire for every experience and an obsession for freedom that terrified me to the point that I couldn’t even talk about — and pushed me to a nomadic point of madness that both dazzled and dizzied me.
Every night I used to pray that I’d find my people — and finally I did — on the open road. We had nothing to lose, nothing to gain, nothing we desired anymore — except to make our lives a work of art.

Live fast. Die Young. Be Wild. And Have Fun.

I believe in the country America used to be. I believe in the person I want to become.
I believe in the freedom of the open road. And my motto is the same as ever —
I believe in the kindness of strangers. And when I’m at war with myself — I ride. I just ride.
Who are you? Are you in touch with all of your darkest fantasies?
Have you created a life for yourself where you’re free to experience them?
I have.
I am fucking crazy. But I am free.”

110192.

Queda menos de una semana para que haga un año ya desde que te fuiste. Y no me veo capaz de superarlo. Porque sé que para ti será eso, un simple día más. Necesitaré música y a mis mejores amigas. Y puede que aún así, me siga sintiendo sola. Esa parte de mi corazón, ya rota y seca, no volverá a rellenarse. Nunca. Y debería tener fuerzas, pero a penas me queda una gota. Eres un gilipollas, no nos vamos a negar, ¿verdad? Me avisastes, lo recuerdo. ''Esque yo soy un cabrón, pero esque creo que me he enamorado de ti'' Y me lo demostrastes. Durante meses lo hicistes. 40 de mis 47 entradas en tuenti, van por ti. La gran mayoría de mis tuits, también. Recuerdo cada palabra bonita y cada sonrisa que me sacabas. Recuerdo cada diminuta discusión en la que terminabas pidiéndome perdón y diciéndome te quiero. Sí, lo recuerdo. Lo peor de todo fue que yo sabía que te amaba, no solo te quería, y aún así nunca te lo dije. Tú me dijistes 'te amo' en nuestro penúltimo día juntos. Y yo te respondí con otro. Y ese TE AMO resultó ser mentira. Porque te fuiste. Me dejaste por otra. Por otra más... No sé, sinceramente no lo sé. Pero bah, tengo sueño, me voy a la cama, a soñar contigo, como cada noche.