Se tumba en la cama, con su portátil delante y comienza a
escribir. Y escribe, escribe sobre todo lo vivido a su lado. Y sobre
este nuevo curso que le espera. Escribe sobre sus problemas e
inseguridades. Le echa mucho de menos. Cada día más,
aunque debería ser de forma inversa. Hablar con él se
ha hecho demasiado importante, algo imprescindible. Cada vez duele
más y ella no puede. No puede con todo. Este curso es
demasiado complicado, ciencias se complica cada vez más. La
relación con su madre va a peor y se siente insegura, pequeña
y sola. Decide poner la música más alta, le da igual
que venga su madre a decirle que la baje, no piensa hacerlo. Está
en medio de una lucha contra sus pensamientos. A ver cuál más
alto. Sube el volumen, siente cada vez más la música en
su interior, cada vez más fuerte, más alto. Pero no lo
suficiente como para callarle sus pensamientos. Decide ver alguna
foto, recordar el verano. Pasan imágenes en la pantalla, ella
sonríe con algunas, incluso ríe con otras. Justo sale
una a la vez que empieza esa canción. Esa que ha escuchado
tantas veces y que al igual que otras, acarrean una historia. Pero
esta historia no es de las que le gusta recordar. Y la foto igual. En
ella, ese chico que tanto le gusta. Más que gustarle. Lo sigue
queriendo. Aunque una vez lo amó. Y le ha costado mucho dejar
de hacerlo. Ni siquiera sabe por qué tiene la foto con él,
ni qué hace ahí. Él la ayudó a olvidarle,
un poco. Y como ya ha escrito, lo echa muchísimo de menos,
porque le empieza a gustar, pero sabe que no es lo mismo que con
Álvaro, lo sabe bien. Álvaro, le duele recordar su
nombre. Dentro de un mes y poco hará un año desde que
estuvo con él, un año desde que empezaron a salir. Ese
29. Ese jodido 29. Y ya hace mucho que lo dejaron, ella creía
que él ya había olvidado su existencia, él borró
todo lo relacionado con ella. Estados en tuenti, fotos, comentarios y
sms. Inclusive su número. A pesar de tantos meses sigue sin
comprender por qué borró todo. Cuando fue él
quien la dejó por otra. Fue él quien hizo daño.
Él estaba genial con su ''nueva'' novia. Sí, 4 meses.
Estuvieron 4 meses. Para muchos es poco tiempo, para otros,
suficiente. Y el capullo fue él, porque la dejó 3 días
después de hacer 4 meses. Ella no comprende. Y desde febrero
lleva atascada ahí, ya estamos a septiembre. Mediados de
septiembre. No se da cuenta, pero lágrimas ruedan por sus
mejillas y caen en las sábanas. Le tiemblan las manos, admira
su belleza, su piel color crema, su pelo, sus ojos tan marrones como
el chocolate 70%. Y hace apenas dos días le dio a 'me gusta'
en su estado en tuenti. Creía que la había borrado
también. Hace mucho que no se mete en su perfil, provocaba en
ella un crujir, un sonar de cristales rotos internos. Y pasa la
imágen, hay varias. Las recuerda, tan bien como si estuviese
allí mismo, pero decide que ya basta, al menos por hoy. Cierra
el archivo, cierra la carpeta y apaga la música. Deja el
ordenador encima de su mesita y se levanta. Ahora toca lavarse la
cara y fingir que nada de esto ha pasado.
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