Hay días en los que me siento
como una puta mierda, y no, no por que tu me hagas sentir así,
si no por que yo misma me siento así, una completa mierda. En
esos días lo único que quiero es que se acaben de una
jodida vez, que pase ya el puto día este. O llegar a casa,
conectarme y saber que vas a estar ahí para preocuparte por lo
que me pase. Pero.. ¡no! Por que eres una de las pocas personas
que notan cuando yo estoy rara. Hay otros días en los que
estoy feliz, alegre, a gusto conmigo misma y con mi vida. Esos días
deseo que nunca pasen, que se estanque el tiempo y que siempre sea
ese día. Pero claro, cuando llego a casa me conecto y me
empiezo a atormentar la cabeza, a pensar, y a recapacitar,
entonces... ¿Sabes lo qué pasa? Que me derrumbo.
Empiezo desde el principio, echa una mierda y llorando. Por que para
un día que me encuentro realmente bien, siempre tiene que
llegar el o la gilipollas que lo joda, como casi siempre me pasa. Y
luego, para finalizar, tengo esos días raros en los que estoy
lo más bipolar que puedo. Puedo mandarte a la mierda y después
decirte que era broma, que si, que yo te quiero. Puedo llorar y a los
dos segundos saltar de alegría. O incluso puedo estar lo más
feliz del mundo para luego leer o saber cualquier cosa y derrumbarme
totalmente. Hay momentos en los que no puedo conmigo misma, me canso
de sonreír todo el puto día por tonterías que no
tienen sentido alguno, me canso de ser fuerte, de pegarme una sonrisa
a la cara tipo: ¡Hey, estoy de puta madre! Pero no. Luego hay
otros días que me la suda completamente todo, que ya me pueden
decir de puta para arriba.. ¿y qué? Si la vida son dos
puñeteros días no pienso amargarme uno de ellos por
comentarios que no tienen sentido alguno. Días en los que me
como el mundo. Días que el mundo me come a mi. Días en
los que no veo sentido a mi existencia. Días que mi deseo que
mi existencia este por siempre. Días reflexivos, de esos
tranquilos. Días animados, de esos que solo te apetece saltar.
Días completamente grises. Días con colores del
arco-iris. Días únicos, inigualables. Días
asquerosos, repugnantes. ¿Sabes lo único que espero de
ti? Que algún día llegues a conocerme tantísimo
para saber diferenciarlos todos y cada uno de esos días.
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